Wednesday, April 30, 2014

MISANTROPÍA

Rodeado sin remedio
de sucios seres monótonos.
Purulentas caras plagadas
de oquedades repugnantes.

Acuosos ojos blanquecinos
se agolpan a mi alrededor,
provocándome náuseas,
como cientos de
gelatinosos gusanos
devorándose a sí mismos.

Esputo, sudor, heces,
orín, saliva, sangre, semen.
Cosas tan naturales y humanas
provocan en mi
terribles sentimientos
de infinito pesar e insana ansiedad.


En un latido el Mundo desaparece
y la gente muere.
Mi mente se subleva escupiendo
pensamientos en forma de
larvas baboseantes que
engullen todo lo demas.

La fantasía perversa
se adueña de la razón
doblegándola.
Creando aberraciones imposibles
que queman los sentidos
y congelan los sentimientos.

Del pozo negro del subconsciente
donde nacen y mueren cada segundo
cientos de seres sin miembros,
resurgirá la locura en estado de máximo éxtasis
bombardeando poderosamente
con ideas obscenas,
con ideas perversas y decadentes
todos los rincones de mi cerebro.
Haciendo que todo mi ser
se estremezca revelándose contra sí mismo
y contra su propia naturaleza.

Thursday, April 24, 2014

EL HURACÁN

Como una manada de lobos hambrientos
saltabais sobre todo.
Todos temían y temblaban
ante el brillo de vuestras garras afiladas.
Con vuestros dientes relucientes
a dentelladas arrancabais la dignidad
de aquellos a los que podíais dominar.

Pero cuando se desencadena el huracán,
los años forjan la espada más poderosa.
El odio se convierte en corrosivo napalm
que arrasa y mata.
Quema, en medio de la tormenta,
que alrededor de sus cabezas
ruge con fuerza.

Ellos,
pobres corderos con piel de lobo,
temen, se asustan
y corren.
Pero sobre sus cabezas
la espada oscila
y los vigila,
sus almas son mías.
El tigre ruge y los lobos huyen,
el tigre araña y los lobos sangran.

El huracán amaina
y el felino duerme con calma.
Pero hay más lobos
con corazón de cordero,
más pobres diablos
que juegan a golpear
y a humillar.

Pero cuidaros
de topar a la fiera
porque una vez despierta
no habrá remisión,
cuando las llamas
corroan vuestra cara
conocereis el verdadero
poder del huracán.

La diosa razón proveerá...